La necesidad de agradar a los demás
¿Te has preguntado por qué las personas cercanas a ti suelen buscarte cuando tienen algún problema para desahogarse contigo? Esta es una situación más común de lo que crees y puede deberse a la presencia del esquema de subyugación. Te invito a que continúes leyendo para que conozcas un poco más de este esquema.
Hace poco, mientras hablaba con un amigo, me expresaba su intranquilidad porque en su familia y grupo de amigos es la persona a la que todos acuden cuando tienen algún problema o conflicto. Mi amigo me expresaba su inconformidad porque si bien tenía muchas personas que le confiaban cosas a él, no tenía la tranquilidad de contarle sus propios problemas a ellos, ya que sentía que por más graves que parecieran sus problemas, los demás siempre estaban pasando algo peor. El anterior ejemplo es uno de los más comunes en el esquema de subyugación, no solo lo vive mi amigo, probablemente tú también lo has experimentado en algún momento.
La experiencia del esquema de subyugación, se vive en función del control que pueden ejercer otras personas sobre ti, teniendo como aspecto central, que te esfuerzas por intentar agradar a los demás: padres, jefes, amigos, pareja, entre otros. Este esfuerzo por agradar a los demás te cansa, demanda mucho esfuerzo y atención, además de sacrificar uno de los bienes más preciados que tienes: la libertad. Esta se pierde porque las decisiones que tomas están enfocadas en el resultado que puedan tener estas en los demás, es decir que la forma en como los demás reaccionen ante tus acciones determina tu percepción de si haces o no bien las cosas.
Lo anterior permite tocar otro tema importante, el de como las situaciones anteriores pueden influir en la disminución sobre la autoestima, en tanto se te dificulta reclamar o exigir tus derechos frente a personas con las que tienes algún vínculo.
Sueles sentir que mereces solo lo que los demás te quieran dar, más no lo que objetivamente mereces.
Sería lógico pensar que lo opuesto al subyugado es ser rebelde, que aquellos que llevan la contraria a las normas que se les imponen están al margen de este esquema; que ser “la oveja negra” de la familia, el “sindicalista” en el trabajo o el “independiente” en las relaciones afectivas son características excluyentes para este esquema, pero en realidad es una de las formas en que este puede presentarse, pues no es que estos elijan libremente sus intereses, sino más bien que se esfuerzan en desatender las normas que les imponen, al punto que se adaptan usando el modo de afrontamiento de contraataque, pero en el fondo siguen experimentando que los demás tienen el control de las situaciones, malestar característico del esquema de subyugación.
El Dr. Jeffrey Young, nos propone la existencia de 2 tipos de subyugación: el Autosacrificio y la sumisión. En el primero se experimenta la sensación de ser responsables del bienestar de las demás personas, responsabilizándote de cualquier cosa que les pueda suceder así no esté en tus manos lo que hagan los demás; en el segundo tipo de subyugación sientes como si no tuvieras elección; la experiencia de subyugación se vive para evitar el castigo o el abandono en cualquier ámbito de tu vida, sobre todo el laboral, familiar o sentimental.
Emocionalmente se puede experimentar la ira como característica de este esquema. En realidad la ira no es mala, esta es una parte vital de las relaciones que son saludables porque muestra que algo va mal o que la otra persona está siendo injusta, pero en la experiencia del esquema de subyugación se vive como respuesta a la inconformidad de estar constantemente bajo la voluntad de otras personas. Es necesario ser asertivo para que la ira se viva como una emoción saludable y que no se convierta en un problema.
En gran medida las primeras experiencias que tenemos en nuestras vidas, sobre todo con figuras de autoridad como lo son nuestros padres o las personas que nos cuidaron en la infancia, suelen ser determinantes en la instauración de esquema de subyugación, por eso si te sientes identificado con lo que leíste en los párrafos anteriores y además recuerdas haber tenido experiencias de infancia donde las personas importantes para ti te amenazaban con lastimarte o quitarte el amor si no hacías lo que ellos querían, o si tuviste la experiencia de vivir con personas “mártires” que se preocupaban o dedicaban demasiado a solucionar los problemas de los demás, puedes estar experimentando el esquema de subyugación.
El hecho de que hayas vivido siempre en un contexto donde te esforzaras en exceso por el bienestar de los demás evitando preocupare por ti, no significa que siempre debas vivir así. Es posible y necesaria una vida armoniosa donde respetes tus espacios y procesos. Cuando decides hacer cambios en tu vida, aquellas personas que han estado acostumbradas a tu forma de expresarte, a que siempre estés dispuesto para ellos, así esto no sea bueno para ti, se sienten atacados o traicionados porque cambias de perspectiva, de forma de experimentar el mundo, por lo que puede que se alejen de ti. Pero no estás solo, en la Clínica Psicológica de Antioquia estamos dispuestos a escucharte y a acompañarte en tu proceso personal.
Javier Nieto.