Tips para controlar tu agresividad
La agresividad se relaciona con la acción de atacar o actuar de modo impulsivo y dañino contra una persona, animal, objeto e incluso contra sí mismo. A manera de ilustración: un adolescente que en un acalorado partido de fútbol, se pelea con uno de los jugadores del equipo contrario y en un acto de furia le da varios golpes en la cara. Esta acción genera tal polémica que el partido es suspendido y uno de los equipos eliminados. Con el ejemplo anterior, entendemos que ninguno se benefició de la agresividad, por el contrario las consecuencias fueron negativas para todos los implicados.
Ahora bien, como dicen Howard Kassinove y Raymond Chip Tafrate, en su libro Manual para el manejo de agresividad:
“La agresividad ha sido identificada una y otra vez como una de las emociones humanas más básicas, que casi todo el mundo experimenta de vez en cuando. Aunque existen diferencias entre los expertos, la clasificación de otras de las emociones básicas incluye el miedo, la alegría, la tristeza, la aceptación, el rechazo, la expectación y la sorpresa.” Plutchick (1980, 1994, 2000; Figura 1-5)
Es posible, entender la agresividad como una emoción que en muchos momentos ocasiona conflictos en las relaciones interpersonales. Por lo que es importante buscar acompañamiento y hacer un plan de acción que nos permita canalizar ese sentimiento intenso, desmedido y que no logramos controlar.
Te damos 5 tips que pueden ayudarte a canalizar asertivamente la agresividad.
- Clasifica la emoción. Con el propósito de no enmascarar, ignorar o minimizar los sentimientos, es conviene utilizar y definir lo que estas sintiendo con palabras como “estoy enfadado”, “me siento insatisfecho…agresivo, ofendido, furioso”.
- Termómetro de la agresividad. Diseñar un termómetro para medir la agresividad permitirá identificar cómo te sentiste, cuando, porque y de qué forma.
- Auto registro. Es importante que hagas seguimiento de los momentos en los que tienes los episodios detonantes, de esta manera visualizaras mucho más fácil los momentos, personas y situaciones que activan la emoción.
- Aprende a manejar el nivel de activación física. Los cambios fisiológicos constituyen un aspecto central en la experiencia de la agresividad; por ende es importante que hagas ejercicios de respiración que te permitan relajarte; o que te entrenes en la técnica de relajación que más te guste para poner en práctica en estos momentos.
- Busca acompañamiento profesional para aprender a desarrollar habilidades sociales. Un tiempo en proceso terapéutico puede favorecer el desarrollar habilidades como el trabajo en equipo, tolerancia a la frustración, crianza respetuosa, comunicación asertiva; habilidades útiles y necesarias para reducir la tensión y el conflicto que se genera en estos espacios.
“Aferrarse a la agresividad es como agarrar un carbón candente con la intención de arrojárselo a otra persona; el único que se quema eres tú mismo”. Buda
