fbpx

Violencia Doméstica

Violencia Doméstica

EL SÍNDROME DE LA MUJER MALTRATADA:

Es indispensable iniciar este escrito haciendo claridad en que la violencia en la pareja puede aparecer independientemente del género y sexo de quienes conforman una pareja, es decir, puede ser ejercida de una mujer hacia un hombre, de una mujer hacia otra mujer, de un hombre hacia otro hombre, o de un hombre hacia la mujer; sin embargo, se ha considerado, desde la estructura social, esta última es el tipo de violencia más generalizado; se estimó que en el 98% de los casos el autor de la violencia es un hombre. Razón por la cual, se hablará de la violencia ejercida de hombres hacia mujeres (Hirigoyen M.F., 2005).

Así pues, el síndrome de la mujer maltratada es un término utilizado para describir un patrón psicológico que experimentan muchas mujeres que han estado en relaciones abusivas. Este concepto fue acuñado por la psicóloga Lenore Walker en la década de 1970, para referirse a los efectos emocionales y comportamentales que resultan en las féminas a partir del abuso prolongado por parte de su pareja (Walker, 1979). Puede decirse, que las mujeres que sufren este síndrome frecuentemente se encuentran atrapadas en un ciclo de violencia del que puede ser dificultoso salir, debido a varios factores psicológicos, emocionales y sociales. Entre otras cosas, porque la violencia se va instalando paulatinamente en la pareja, al principio mediante tensión y hostilidad, que no siempre son detectadas. (Hirigoyen M.F., 2005).

Al respecto, el ciclo de violencia en las relaciones abusivas se compone de fases que ocurren de manera repetitiva. Inicialmente, la relación puede parecer normal y afectuosa, pero gradualmente se desarrolla una tensión que lleva a un incidente de abuso físico o emocional. Después de este episodio, a menudo hay una fase de reconciliación o "luna de miel", donde el agresor se disculpa y promete cambiar, lo que a menudo lleva a la víctima a permanecer en la relación con la esperanza de que la situación puede mejorar (Hirigoyen M.F., 2005) (Walker, 2009).

Sin embargo, la tensión comienza a acumularse de nuevo, y el ciclo se repite. Este patrón puede hacer que las mujeres se sientan atrapadas y desesperanzadas, lo que contribuye al desarrollo del síndrome de la mujer maltratada.

Una de las características de este síndrome es la percepción distorsionada de la realidad, donde la víctima puede llegar a creer que merece el abuso o que no puede sobrevivir sin su pareja. Percepción causada por el control y dominación ejercida por el agresor, lo que produce miedo, baja autoestima, dependencia emocional y financiera (Hirigoyen M.F., 2005). Además, las mujeres pueden experimentar síntomas similares al trastorno de estrés postraumático (TEPT), como flashbacks, ansiedad y evitación de situaciones que recuerden el abuso (Dutton y Painter, 1993 citado por Matud, Gutiérrez y Padilla, 2004).

No obstante, es posible salir del ciclo de la violencia, aunque puede ser un proceso arduo y exigente. El primer paso crucial es reconocer que se está en una relación abusiva y entender que el abuso no puede justificarse, en ninguna circunstancia. Las mujeres pueden beneficiarse de la búsqueda de apoyo externo, ya sea a través de amigos, familiares o profesionales. Las líneas de ayuda y los refugios para víctimas de violencia doméstica también pueden ofrecer un entorno seguro y recursos para ayudar a las mujeres a
abusiva (Bogantes, 2008).

Ahora bien, la terapia es una herramienta importante para ayudar a las mujeres a superar el síndrome de la mujer maltratada. A través de ella, las mujeres pueden explorar sus experiencias, desarrollar una comprensión más clara de su situación y trabajar para reconstruir su autoestima. Los enfoques terapéuticos como la terapia cognitivo-conductual (TCC) pueden ser particularmente útiles, ya que ayudan a las mujeres a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y a desarrollar habilidades de afrontamiento más saludables; sin embargo, la terapia racional emotiva y las terapias contextuales son utilizadas con frecuencia (Félix,
gavilán y Ríos, 2020).

De igual modo, establecer un plan de seguridad podría ayudar a dejar el ciclo de violencia si se está en una relación abusiva; para ello es importante identificar factores de riesgo y factores protectores cómo saber dónde ir o como escapar. Es perentorio que las mujeres tengan acceso a sus documentos personales y cualquier otro recurso que puedan necesitar en caso de una salida rápida (COMMUNITY JUSTICE EXCHANGE, sf).

Además, empoderarse a través de la educación y el desarrollo de habilidades puede proporcionar a las mujeres las herramientas necesarias para ser independientes económicamente. La independencia financiera reduce la dependencia del agresor y puede aumentar significativamente las posibilidades de éxito al dejar una relación abusiva (Rodrigues y Cantera, 2012).

El apoyo social también juega un papel vital en el proceso de salir del ciclo de la violencia. Las mujeres que cuentan con una red de apoyo sólida son más propensas a abandonar relaciones abusivas y menos propensas a regresar. La conexión con otros que han tenido experiencias similares puede proporcionar consuelo y esperanza, así como valiosos consejos sobre cómo manejar las situaciones (Plazaola, Ruiz, Montero y Grupo de Estudio para la Violencia de Género, 2008).

En suma, el síndrome de la mujer maltratada es una situación psicológica que resulta del abuso prolongado y se caracteriza por el  atrapamiento en un ciclo de violencia. A pesar de los desafíos significativos que enfrenta, es posible salir de este ciclo a través del reconocimiento del contexto y el escenario, la búsqueda de apoyo, la terapia, la planificación de seguridad, el empoderamiento económico y el fortalecimiento de redes de apoyo. Al comprender estos pasos y recursos, las mujeres pueden trabajar para recuperar el control sobre sus vidas y avanzar hacia un futuro que les provea bienestar y seguridad.

Melissa Morales Rúa
Magíster en Terapia familiar y de Pareja
Psicóloga

Referencias bibliográficas
Bogantes Rojas Josette. (2008). Violencia Doméstica. Medicina Legal de Costa Rica, vol 25 (2), setiembre.
COMMUNITY JUSTICE EXCHANGE. (s.f). Herramientas para sobrevivientes y aliados. Plan de Seguridad en la Violencia de Pareja.
Félix Montes Luz Clarita; Gavilán Centeno Reynalda; Ríos Cataño Claudia. (2020). Tratamiento Psicológico en Mujeres Víctimas de Violencia Conyugal.
Universidad Continental, Huancayo, Perú.
Hirigoyen Marie France. (2005). Mujeres Maltratadas: los mecanismos de la
violencia en la pareja. oh! Editions. Editorial Paidós.
Matud Aznar Ma. Pilar; Gutiérrez Ana Belén; Padilla Vanesa. (2004).
Intervención Psicológica con Mujeres Maltratadas por su Pareja. Revista Papeles del psicólogo, Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos Madrid, España. vol. 25, núm. 88, mayo-agosto, pp. 1-9.

Plazaola Castaño Juncal; Ruíz Pérez Isabel; Montero Piñar María Isabel y Grupo de Estudio para la Violencia de Género. (2008). Apoyo Social como Factor Protector Frente a la Violencia Contra la Mujer en la Pareja. (The Protective Role Of Social Support And Intimate Partner Violence). Escuela Andaluza de Salud Pública, Granada, España. Universidad de Valencia. 22(6):527-33 Rodrigues Alencar y Cantera Leonor. (2012). Violencia de Género en la Pareja: una Revisión Teórica. PSICO. Universidad Autónoma de Barcelona –
España. v. 43, n. 1, pp. 116-126, jan./mar.
Walker, L. E. (2009). El Síndrome de la Mujer Maltratada. Biblioteca de Psicología. (3rd ed.). New York, NY: Springer Publishing Company. Walker, L. E. (1979). La Mujer Maltratada. New York, NY: Harper & Row.

Leave A Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Instagram

Instagram did not return a 200.

Abrir chat
1
Hola, es un gusto atenderte 👋
¡Agenda tu cita ahora!