Problemas más frecuentes en las parejas – Pt 2
Las labores del hogar:
Por generaciones nos han enseñado que la encargada de los quehaceres del hogar es la mujer. Este es un rol que socialmente se le ha asignado a la figura femenina, y se transmite de generación en generación, por medio de la crianza.
Sandra Hofferth, socióloga de la Universidad de Maryland que es coautora de una investigación reciente y ha desarrollado su carrera estudiando cómo pasan su tiempo los niños, refiere que los niños gastan aproximadamente 15 min realizando los quehaceres del hogar, mientras las niñas pasan alrededor de 45 minutos mínimo realizando la misma actividad, con el paso de los años el tiempo se hace cada vez más amplio entre los sexos.
En esta investigación se identifica que los padres incentivan económicamente a los niños para que estos realicen los quehaceres del hogar, mientras que a las niñas esta variable no es relevante.
Lo anterior nos da un panorama de cómo desde la crianza esta área se le asigna casi que por naturaleza a la mujer.
Las dificultades radican cuando la mujer pide que estas tareas sean equitativas, ya sea porque ambos laboran o por qué los quehaceres son demasiados, los hombres por lo general, se les dificulta realizar dichas tareas y esto les impide llegar a acuerdos saludables.
Es importante aclarar un término que se ha mal utilizado al momento que el hombre realice dichas tareas, pues coloquialmente las personas (mayoría mujeres) utilizan el término “colaborar”, este término es mal utilizado pues cuando se asignan tareas de forma equitativas no podemos hablar de colaboración teniendo en cuenta que ambos conviven y tienen la misma capacidad para realizar las labores domésticas.
Para evitar, o solucionar esto se puede hacer una distribución de tareas entre los dos, y que ambos estén de acuerdo con la realización de dichas actividades. Estas labores también deben de ser flexibles, de tal manera que si uno de los dos está cansado o con prisas para realizarlas, el otro sepa ofrecerse para su realización como una ayuda o detalle con su pareja.
Los nuevos padres:
Para nadie es un secreto, que la llegada de un hijo provoca cambios en todos los ámbitos de la vida de la pareja, y que en muchas oportunidades estos cambios suelen afectar significativamente a la pareja. Un estudio indica que el 70% de los nuevos padres fracasan como pareja, pues no realizan una correcta transición.
Uno de los principales conflictos suele suceder cuando la madre percibe un cambio drástico en su cuerpo y en su vida, mientras que el padre poco o nada es afectado por la llegada del nuevo integrante. Esto puede provocar en la madre una sensación de estancamiento y justo en esa etapa es donde suele haber conflictos.
Otro suceso que puede ocurrir es el dedicar 100% del tiempo, energía a la labor de ser madre y ella y la pareja suelen quedar en segundo plano. Muchos hombres se quejan de la apariencia física de su esposa, pues ella poco o nada se dedica tiempo a sí misma.
Para estos conflictos, Gottman propone unos consejos:
- Concentrarse en la amistad, sobre todo antes del nacimiento del niño, cuanto más conozcan a la pareja más sintonizados se sentirán y mejor podrán adaptarse al cambio.
- No excluir al padre del cuidado del niño
- El padre como compañero de juegos del hijo.
- Reservar tiempo para la pareja, aunque en ese tiempo se hable del niño, no es malo, es normal.
- Ser sensible a las necesidades del padre, ya que, aunque esté haciendo la transición a la paternidad a la vez que su pareja, no deja de sentirse un poco abandonado por las necesidades del hijo. Es necesario prestarle atención, de lo contrario el marido se alejará de la relación, aunque comprenda los cambios de la maternidad.
- Un descanso para la madre.