Maltrato Psicologico en Niños
Es común escuchar la palabra “maltrato”, entre ellos el maltrato físico y psicológico. Clausseny Crittenden (1991), citado por Gómez de Terreros Guardiola, M. (2006), expresan que el maltrato psicológico predecía mayores alteraciones del desarrollo del niño que la gravedad del maltrato físico.
Probablemente, cuando el maltrato psicológico ocurre como única forma de maltrato tenga un efecto más adverso en el funcionamiento psicológico del niño y posterior adulto que incluso el maltrato físico, sobre todo respecto a medidas de depresión y autoestima, agresividad, delincuencia o problemas en las relaciones interpersonales.
Seguramente tendrá múltiples consecuencias a largo plazo para el niño. Consecuencias que pueden variar en función de la edad del niño, ya que un patrón cronificado de maltrato psicológico destruye el sentido de y la seguridad en uno mismo. Esto conlleva las siguientes consecuencias:
- A nivel de pensamientos, como sentimientos de baja autoestima (incluyendo las conductas asociadas al mismo), visión negativa de la vida, síntomas de ansiedad y depresión, así como ideas de suicidio.
- Sobre la salud emocional, como inestabilidad emocional, personalidad límite, falta de respuestas emocionales apropiadas, problemas de control del impulso, ira, conductas autolesivas, trastornos de la alimentación y abuso de sustancias.
- Sobre las habilidades sociales, incluyendo conducta antisocial, problemas de vinculación afectiva, competencia social limitada, falta de simpatía y empatía, aislamiento social, dificultad para ajustarse a las normas, mala adaptación sexual, dependencia, agresividad y violencia y delincuencia o criminalidad.
- Sobre el aprendizaje, bajo rendimiento escolar, dificultades de aprendizaje y dificultades en el desarrollo moral.
- Sobre la salud física, fallos de medrar, quejas somáticas, un estado pobre de salud y alta mortalidad. Estos síntomas son similares a los que se observan en niños que están sometidos a violencia doméstica, donde se les aterroriza, explota o corrompe, lo cual aumenta la conducta desobediente y los síntomas de depresión, ansiedad y agresividad.
Estos síntomas son similares a los que se observan en niños que están sometidos a violencia doméstica, donde se les aterroriza, explota o corrompe, lo cual aumenta la conducta desobediente y los síntomas de depresión, ansiedad y agresividad.
BIBLIOGRAFÍA
Gómez de Terreros Guardiola, M. (2006). Maltrato psicológico. Cuadernos de Medicina Forense, (43-44), 103-116.