Elaboración del Duelo en los Niños

Comprender Y Acompañar En El Proceso

El duelo es una experiencia inevitable y universal que todos los seres humanos enfrentan en algún momento de sus vidas. Es un proceso adaptativo, puesto que se va “elaborando”, es decir, que la persona que lo enfrenta necesita de tiempo para recuperarse. Sin embargo, cuando se trata de niños, la manera en que experimentan y procesan la pérdida puede ser significativamente diferente a la de los adultos. Entender cómo los niños elaboran el duelo es crucial para ofrecerles el apoyo adecuado y ayudarlos a atravesar por ese proceso en sus vidas (Child Mind Institute 2024) (Ordoñez Gallego, A. y Lacasta Reverte, M. S.F).

Ahora bien, los niños, dependiendo de su edad y etapa de desarrollo, perciben la muerte y el duelo de maneras distintas; los más pequeños, por ejemplo, pueden no entender la permanencia de la muerte y pueden esperar que la persona fallecida regrese. A medida que crecen, su comprensión se profundiza, pero aún pueden necesitar ayuda para procesar y expresar sus emociones de manera saludable (Díaz Seoane, P. 2016).

Además, es de apuntar que, las etapas del duelo, según el modelo de Elisabeth Kübler-Ross (Kübler-Ross, E y Kessler, D. 2016), de la misma manera que en los adultos, en los niños, no son lineales y pueden variar ampliamente, esto es, no se dan siempre en el mismo orden y no todos los individuos atraviesan por todas las etapas. No obstante, existen algunas fases comunes que pueden experimentar:

• Negación: los niños pueden negar la realidad de la pérdida. Pueden actuar como si nada hubiera pasado y seguir con sus actividades cotidianas.
• Ira: es común que los niños se sientan enojados por la pérdida. Pueden expresar esta ira hacia otras personas, la persona fallecida, o incluso hacia sí mismos.
• Negociación: en esta etapa, los niños pueden intentar hacer tratos o promesas, ya sea de manera consciente o inconsciente, para revertir la pérdida.

• Depresión: la tristeza profunda y el sentimiento de vacío son comunes en esta fase. Los niños pueden retraerse socialmente y mostrar signos de tristeza persistente.
• Aceptación: finalmente, los niños comienzan a aceptar la realidad de la pérdida y a adaptarse a la vida sin la persona fallecida. Esta etapa puede tardar en llegar y no significa la ausencia de dolor, sino la integración de la pérdida en su vida.

Por lo tanto, el rol de los adultos es fundamental en el apoyo a los niños durante el duelo. Algunas estrategias y consideraciones importantes pueden ser:

• Comunicarse abierta y honestamente, según el nivel de comprensión del niño, es importante explicar y conversar acerca de la muerte, también ser claro y directo puede ayudar a reducir la confusión y la ansiedad.

• Validar las emociones, favorecerá que el niño entienda que a partir del acontecimiento puede experimentar y sentir una amplia gama de emociones, desde la tristeza y el enojo hasta la confusión y el miedo. Validar estas emociones y proporcionar un espacio seguro para expresarlas es crucial.

• Mantener una rutina diaria, puede proporcionar un sentido de normalidad y seguridad en un momento de caos emocional. La estabilidad en las actividades diarias puede ayudar a los niños a sentirse más seguros y protegidos.

• Recordar, ritualizar y homenajear, actividades como hacer álbumes de fotos, escribir cartas o dibujar es parte importante en el proceso de duelo, ya que colaboran en el alivio de la angustia, permiten reconocer la realidad de la pérdida, ayudan a expresar emociones, Aportan a la comprensión del vínculo con lo perdido y Posibilitan la reconstrucción de la relación con lo que se ha perdido (Neimeyer, R, A. 2002)

De otro lado, otra forma de ayuda y cuidado por parte del adulto al niño que atraviesa un proceso de duelo es estar atentos a las señales de alarma que pueden indicar que el infante necesita ayuda profesional para lidiar con su duelo. Estas señales pueden incluir:

• Cambios significativos en el comportamiento o la personalidad
• Dificultad persistente para dormir o comer
• Aislamiento social prolongado
• Síntomas físicos sin causa médica aparente
• Hablar sobre la muerte de manera obsesiva o expresiones de desesperanza

En caso de presentarse situaciones como las antes mencionadas, se recomienda buscar ayuda psicológica, puesto que es en este espacio donde se pueden encontrar estrategias de afrontamiento y un espacio seguro para que el menor trabaje sus emociones de manera saludable.

Ante una pérdida por fallecimiento en la infancia, es significativo que el niño pueda comprender las dimensiones de la muerte, es decir, lo que ha rodeado al evento, por ello es imprescindible escuchar, conversar, responder a sus cuestionamientos y permitir reacciones suscitadas por el suceso (Díaz Seoane, P. 2016).

Al ofrecer a un niño un entorno seguro y amoroso, los adultos pueden desempeñar un papel crucial en la sanación y el crecimiento emocional de los niños durante el duelo, pues hay que recordar que el duelo en los niños es un proceso complejo y único para cada individuo, en el que un acompañamiento pausado posibilitará que el infante aprenda de la pérdida.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Child Mind Institute, Inc. (2024). (número de identificación fiscal 80-0478843).

Díaz Seoane, P. (2016). Hablemos del Duelo. Manual Práctico Para Abordar la Muerte con Niños y Adolescentes. Madrid: Fundación Mario Losantos del Campo.

Kübler-Ross, E y Kessler, D. (2016). Sobre el duelo y el dolor. España. Ediciones Luciérnaga.

Neimeyer, R, A. (2002). Aprender de la pérdida: una guía para afrontar el duelo. España, Barcelona. Editorial Paidós.

Ordoñez Gallego Amalio y Lacasta Reverte, M. (SF). El Duelo en los Niños (La Pérdida del Padre/Madre. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

Melissa Morales Rúa
Psicóloga | Magíster en Terapia familiar y de pareja