DIVISIONES EQUITATIVAS

LOS DESACUERDOS EN TORNO A LAS TAREAS EN EL HOGAR
Uno de los problemas que con frecuencia aparece en consulta, son los desacuerdos que se presentan durante la convivencia en pareja cuando no se logra coordinar la ejecución de las tareas en el hogar, situación que puede tener un impacto significativo en la satisfacción y estabilidad de la relación si no se abordan adecuadamente las expectativas, la comunicación y la equidad en la distribución de responsabilidades. Viéndose, en ocasiones, afectado el funcionamiento cotidiano de la pareja, su bienestar emocional y la calidad general
de la relación. Además, esta situación, a menudo está relacionada con la percepción de injusticia y una carga mental desproporcionada; de igual modo, puede estar influenciada por los roles de género instaurados por la sociedad patriarcal, lo que incrementa la frustración y el malestar en la convivencia (Villarreal, 2001).
De acuerdo con lo anterior, se esbozará en este escrito que la comunicación efectiva y el cumplimiento de acuerdos resultan, entre otras, adecuadas estrategias para abordar y resolver conflictos como este, fomentando un mejor ajuste en la cohabitación en pareja.
En este sentido, es fundamental que cada miembro de la pareja exponga sus expectativas individuales sobre las responsabilidades domésticas. Esto es importante porque cada integrante tiene sus propias creencias respecto a lo que implica mantener un hogar y cuál será rol dentro de esa estructura; creencias que suelen estar influidas por experiencias familiares, valores culturales y los roles de género que continúan perpetuando desigualdades en el ámbito doméstico (Garrido, Reyes, Torres y Ortega, 2008).
También, investigaciones realizadas por Cerrato y Cifre (2018), confirman que los roles de género tradicionales provocan una mayor carga mental y física para las mujeres en las tareas del hogar, lo que incrementa la insatisfacción y el conflicto en la pareja. Por lo tanto, es necesario que las parejas exploren de manera abierta sus expectativas y busquen un terreno común a través del diálogo y la comprensión.
Del mismo modo, si ambos miembros de la pareja se comunican de manera asertiva, expresando sus emociones, sus necesidades y sus preocupaciones, sin recurrir a la crítica o al ataque personal, podrán resolver los conflictos de manera efectiva. En el contexto de las responsabilidades domésticas, esto implica que ambos se sientan cómodos al expresar sus sentimientos respecto a la carga que
asumen y las frustraciones que puedan experimentar. Al crear un espacio de comunicación abierto y empático, se facilita la comprensión mutua y la negociación de acuerdos más equitativos (Gottman, 1999).
Así, una vez que la comunicación sea clara y asertiva, la pareja podrá avanzar hacia una redistribución más equitativa de las tareas del hogar. Cabe apuntar, que no se trata solo de repartir el trabajo en partes iguales, sino de buscar una distribución que ambos consideren justa y apropiada a sus circunstancias personales. Coltrane (2000) sugiere que cuando las parejas sienten que la división de las tareas es equitativa, su satisfacción general con la relación mejora notablemente. Este proceso requiere una negociación continua, donde se tomen
en cuenta factores como el tiempo disponible, las habilidades personales y las preferencias de cada miembro. La flexibilidad es clave en esta etapa, ya que los acuerdos deben poder ajustarse a medida que cambian las circunstancias de la pareja, como variaciones en las demandas laborales o cambios en la salud física y emocional.
Por otra parte, la carga mental asociada con las tareas domésticas es un aspecto al que hay que tener en cuenta en este proceso. Según Daminger (2019), la carga mental se refiere a la planificación y gestión invisible de las responsabilidades del hogar, que a menudo recae sobre uno de los miembros de la pareja, incluso si las tareas físicas están repartidas de manera equitativa. Este trabajo cognitivo suele
ser pasado por alto, lo que genera tensiones adicionales, por lo tanto, para que la relación funcione de manera armoniosa, es necesario que ambos miembros reconozcan y compartan dicha carga. Esto no solo implica participar en las tareas físicas, sino también en la toma de decisiones y la organización que estas requieren (García, 2002).
Por ello, la revisión periódica de los acuerdos sobre las responsabilidades domésticas es una estrategia útil para mantener la satisfacción en la pareja. A medida que cambian las dinámicas de la relación o surgen nuevas circunstancias, los acuerdos iniciales pueden quedar desactualizados, lo que puede reactivar el conflicto. En este sentido, la teoría sistémica aplicada a la terapia de pareja destaca la importancia de la adaptación y la flexibilidad en la gestión de las tareas cotidianas, lo que contribuye a la estabilidad de la relación (Nichols, 2012).
Entonces, el reconocimiento mutuo del esfuerzo que implica el mantenimiento del hogar y la empatía hacia el otro son aspectos fundamentales para resolver estos conflictos. Comprender y valorar el trabajo que el otro realiza, ya sea físico o mental, es esencial para crear un ambiente de respeto y cooperación. Bianchi et al. (2012) encontraron que las parejas que ven las tareas domésticas como una
responsabilidad compartida y equitativa, experimentan mayores niveles de satisfacción y menos conflictos. De este modo, el sentido de equipo y la disposición a colaborar son factores cruciales para mantener una relación saludable y funcional.
En conclusión, la insatisfacción con la coordinación de las tareas del hogar puede generar un conflicto significativo en la pareja, pero éste puede resolverse mediante una comunicación efectiva, la renegociación de acuerdos equitativos y el reconocimiento del trabajo emocional y mental que conllevan las responsabilidades domésticas. La flexibilidad, la empatía y la disposición para revisar periódicamente las dinámicas de la pareja son esenciales para construir una relación basada en la cooperación y el respeto mutuo, lo que permitirá a la pareja alcanzar un mayor bienestar y equilibrio en su vida cotidiana (Flórez y Sánchez, 2022).
Melissa Morales Rúa
Magíster en Terapia Familiar y de Pareja
Psicóloga
Referencias
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Universidad de Costa Rica San Pedro de Montes de Oca, Costa Rica